Quisiera escribir una entrada larga y contarles como pasé un sábado extraordinario. El tiempo me lo prohibe pues mañana salgo a Amsterdam y lo mejor es que me vaya a dormir. En resumidas cuentas, fui con Dimitris a Londres temprano porque su mamá anda de visita. Tomamos (mucho) café y caminamos por Londres. A la hora del lunch recibí una llamada de R. (si no se acuerdan de R. píquenle aqui) quien me dijo que iban a ir a comer a un restaurant mexicano y que si me animaba. Basta decirles que comí (entre lo que le robe a los vecinos y lo que ordené) quesadillas, tacos al pastor, sopa de fideo seco, pollo con mole, crepas de cajeta y nomas porque estaba muy lleno no le entre a unos tamales que me estaban haciendo ojitos. Fue una salida a cenar memorable, terminé llenísimo, pero no me arrepiento de nada.
Además de todas las anteriores experiencias agradables, el caos tomó de rehen al tube y los trabajos de ingeniería en el tren (aprovechando el puente) hicieron que un trayecto que usualmente me toma 30 minutos al regresar a Egham se convirtiera en una peregrinación de casi dos horas entre estaciones de tren; justo cuando consideraba la capitulacion y solicitud de asilo politico en casa de R., logré subirme (no sin una carrera por la estación) en el último tren a Egham y llegar pasadita la media noche. Ademas de esto, Dimitris se regresa el 28 de mayo a Atenas, antes de que yo regrese de Holanda, asi que ya no le veré, por lo menos en unos cuantos meses. Pero ya amenacé con ir a visitarlo.
Les dejo unas fotos del sábado:
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