domingo, marzo 12, 2006

Encuentros en Londres II

Cuando la Rebe andaba por acá, un día tomamos el tren a Waterloo, pero no tomamos el tren que yo quería tomar, cortesía en parte de la Rebe que es un tanto dormilona; de hecho, no tomamos el que yo quería tomar, ni el que le seguía, finalmente, llegamos hasta el 3er tren. Yo estaba un tanto roñas porque ese tren se va puebleando y tarda como 20 minutos más en llegar a Waterloo. En fin, después de pasar la etapa roñas
nos pusimos a platicar sobre los planes e ideas para el futuro. En el curso de la conversación dijimos (vaya, alguien escuchando se hubiera dado cuenta de...) que yo estudio un doctorado en matemáticas, que soy mexicano y que no se si quiero seguir una carrera académica al terminar de estudiar; de repente se nos acercó una señora y, en español, nos dijo que ella era mexicana, que su esposo era matemático y que había estudiado un doctorado en Inglaterra, que su esposo en algún momento se había decidido a buscar trabajo en la industria y que habian tenido la misma conversación que nosotros teniamos en ese momento 15 años atras, me dio una tarjeta de presentación de su esposo y me dijo que le escribiera un email, que le daría gusto hablar conmigo. Yo le aseguré que le escribiría y guardé la tarjeta en la cartera. Como frecuentemente sucede, dejé la tarjeta ahi olvidada hasta que Rebe me recordó el fin de semana pasado que debería hablarles. El lunes o martes pasado le escribí un correo a R. (suficiente es balconear a mis cuates como para poner el nombre de alguien que tan bien me ha tratado y que no sabe siquiera que escribo un blog, asi que al matematico esposo de la señora del tren me referiré como R.), le comenté la historia que aqui escribo, y esperé su respuesta. Al día siguiente me contestó y para el jueves estaba yo invitado a comer a su casa. Cabe aqui hacer un paréntesis ( ) para comentar que cuando le platiqué a mis cuates ingleses la historia les parecio muy extraño que alguien me hubiera invitado a comer a su casa asi nomás. En fin, que el sábado fui a comer a casa de R. y conocí a su familia. Me la pase increible, fue muy agradable poder cenar en un comedor de verdad y acompañar la rica cena con una buena conversación en español. R. y su esposa estudiaron en la facultad de ciencias, compartimos algunos maestros y algunos de sus compañeros de estudios son ahora parte de la banda de investigadores del IMATE.

Y todo esto fue porque no tomamos el tren que yo queria y, como Rebe se ha encargado de recordarde, haber llegado tarde tuvo su lado positivo. Sin embargo, espero mi chaparrita no se tome esto como una señal mística de que la onda es perder el tren por quedarse dormido (no creas que no me di cuenta de tus planes...)

1 comentario:

Edgar dijo...

Hola Davo,

descubrí tu blog a través del de Omar.

Es un gusto leerte. Sobre todo redescubrir tu optimismo, tu sensibilidad y disfrute por la vida.

En hora buena!